lunes, 23 de marzo de 2015

EJERCICIOS ESPIRITUALES

Ponemos dos experiencias de las Ejercicios Espirituales para catequistas que, como sabéis, se han tenido en Ávila el pasado fin de semana:



            Del 6 al 8 de este mes de marzo, tuvimos Ejercicios Espirituales para catequistas en Ávila, en la casa donde nació Santa Teresa. Yo he tenido la suerte de asistir.
            Hacia las 7 de la tarde del viernes, nos juntamos 60 catequistas de la Región del Duero. Empezamos con la Eucaristía en la Iglesia de la Santa, que por celebrarse el V centenario del nacimiento, estaba llena de peregrinos que asistieron con los catequistas y después al Via Crucis.
            Recuperadas las fuerzas con la cena, nos dieron una breve charla sobre lo que iban a ser los ejercicios, advirtiéndonos que deberíamos guardar silencio durante los mismos para hacerlos con paz y calma.
El día siguiente, lo comenzamos rezando Laúdes y  la primera meditación, teniendo como tema: Génesis 3, 9 “Dios llamó al hombre y le dijo: Dónde estás?” Y eso me pregunté yo. ¿Dónde estoy? ¿Dónde estoy como catequista, como madre, como abuela, como cristiana?¿Vivo la vida con alegría? A la hora de la catequesis con los niños ¿Me siento verdaderamente preparada para enseñarles la vida de Jesús? ¿Lo hago con amor y alegría? Estas y muchas más preguntas me hice durante estos dos días.
            Para mi fue una experiencia preciosa, creo que ha sido un regalo poder asistir, es como coger fuerzas en esta Cuaresma para poder seguir adelante.
            Todas estas preguntas las comparto por si a alguien le dicen algo. Creo que nos deberíamos animar a asistir a todos los actos que nos brinda la Delegación de Catequesis para que nuestra formación vaya a más apoyando nuestra vida en Dios para ser verdaderos testigos de su Evangelio.
Oliva

¿Cuál ha de ser mi camino?
Los Ejercicio Espirituales decía el Padre  David (prior de los carmelitas descalzos), no es tener muchas
enseñanzas
, sino encontrarnos con el Amado, descansar en El, para preguntarnos ¿Qué quiere Dios de mí?
En Génesis 3,8 y 9: ¿Dónde estás? El hombre se esconde ante la presencia de Dios. Nos hemos acostumbrado a
   determinadas m
aneras de vivir que aquello que está alrededor no nos  motiva y nada nos sorprende, ni hay nada nuevo.     Tenemos respuestas para todo. Somos gente que conocemos todo.
La mística es saborear a Dios en nuestra vida. Dejarnos saborear por Él. Vivimos atrincherados en nuestras
cosas. Tenem
os que hacer camino. Vivir en experiencia. Hay que callar, hacer silencio sobre Dios, para no
esc
ucharte a ti misma. Guardar silencio y responder al Señor. ¿Dónde estoy? Descansar tu propia vida. ¿Cómo
estoy? ¿
Dónde descansa mi vida? ¿En qué estoy apoyando mi vida? En ser reconocido por Dios. ¿Dónde edifico
m
i casa, sobre arena o sobre roca? Miremos el corazón y demos la respuesta ¿Dónde está mi vida? Desmitifica
normas
, palabras, que a veces quedan huecas.
Místico es aquel que ha experimentado algo de lo que ha vivido. Santa Tomás de Aquino decía: ¿Quién eres
Jesús? To
do lo que he escrito no es nada para todo lo que he encontrado con Jesús.



viernes, 20 de marzo de 2015

QUINTO DOMINGO DE CUARESMA - B



Van llegando los días santos de la Semana Santa. Los días en que, Dios, por Jesucristo, establecerá con nosotros un pacto sagrado. Un pacto que nada ni nadie podrá destruir. ¿Somos conscientes de lo mucho que nos ama Dios que es capaz de dejar que su único Hijo muera en la cruz?
Que el Señor, que por amor y obediencia morirá en la cruz, nos enseñe también a nosotros a morir un poco para que su Reino sea posible en el mundo. 

  LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 12, 20-33
En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos gentiles; éstos acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:
-- Señor, quisiéramos ver a Jesús.
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó:
-- Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva el Padre le premiará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré? : Padre líbrame e esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre glorifica tu nombre.
Entonces vino una voz del cielo:
-- Lo he glorificado y volveré a glorificarlo
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo:
-- Esta voz no he venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.
Palabra del Señor




viernes, 13 de marzo de 2015

CUARTO DOMINDO DE CUARESMA B


Odres Nuevos - Cuarto domingo cuaresma color 

Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 14-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
–«Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.
Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»
Palabra del Señor





TE ADMIRAMOS, SEÑOR
Por lo mucho que nos amas
y, además, nos perdonas.
Por estar junto a nosotros,
cuando te abandonamos

TE ADMIRAMOS, SEÑOR
Tu eres la verdad, frente a la mentira
Tú eres la luz, ante la oscuridad
Tú eres el amor, frente al odio

TE ADMIRAMOS, SEÑOR
Tu generosidad no tiene límites
Tu cruz abraza a todos los hombres
Tú fuiste enviado para nuestra salvación

TE ADMIRAMOS, SEÑOR 
No permites que nadie nos perdamos
No quieres que nos condenemos
No deseas que nos caigamos

TE ADMIRAMOS, SEÑOR
Tu cruz, Señor, es nuestra salvación
Tu cruz, Señor, es tu mucho amor
Tu cruz, Señor, es redención.







viernes, 6 de marzo de 2015

TERCER DOMINGO DE CUARESMA - B



Odres Nuevos - Evangelio Tercer domingo cuaresma color 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-25

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
–«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
–«¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó:
–«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron:
–«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.
Palabra del Señor