viernes, 11 de diciembre de 2015

3 Domingo de Adviento – Ciclo C Domingo 13 de Diciembre de 2015

 
Encendemos la tercera vela, que quiere ser luz en medio de la oscuridad.
Llama que nos anuncia el gozo de quien en su espera ve ya la llegada de la Navidad.
Aún son muchas las situaciones y las circunstancias que nos hablan de tristeza, de dolor.  Recibimos la luz con la alegría del día en que todo se ilumina.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
–¿Entonces, qué hacemos?
El contestó:
–El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.
Vinieron también a bautizarse unos publicanos; y le preguntaron:
–Maestro, ¿qué hacemos nosotros?
El les contestó:
–No exijáis más de lo establecido.
Unos militares le preguntaron:
–¿Qué hacemos nosotros?
El les contestó:
–No hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino contentaos con la paga.
El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
–Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego: tiene en la mano la horca para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.
Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia.
Palabra del Señor


MI ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR


Por eso te doy gracias y bendigo tu nombre
Espero tu llegada y preparo mi interior
Anhelo la Noche Santa de la Navidad
y afino las cuerdas de mi alma,
 con la verdad, la espera, el silencio,
la humildad o la vigilancia.
Sólo sé, mi Señor, que mi alegría
con tu llegada y por tu Nacimiento
eres Tú, Señor.
Amén 


          María, tú ni tuviste ni siquiera una pobre cuna para tu hijo Jesús...Pero fueron primero tu seno y después tus brazos los que acunaron al Niño Dios.
          Enséñanos, Madre, a recibir y amar a Jesús, como lo hiciste tú. Haz que nuestro corazón sea una cuna, limpia de todo egoísmo y llena de amor y cariño.

 


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